No hay ninguna vacación que se compare a la Semana Santa. Sabiendo que dura tan poco la disfrutamos más que las vacaciones de verano, tratamos de atascar todas las actividades posibles y nos olvidamos por completo de la tarea, los trabajos, el estrés y la rutina. Aparte el clima siempre es el mejor (en verano siempre llueve). Este año no faltaron las guerras de globos con agua, los concursos de clavados, los partidos de fut, tenis, rummy y cartas, las pláticas hasta pasando la media noche y como nueva tendencia las idas a Starbucks y Sanborns (¡por molletes y malteadas claro!). Aparte, como cada año mundialista también estuvo la obsesión por las estampitas y álbumes del Mundial (que bueno que es cada cuatro años, si no ya estaría en la quiebra). Bueno, ¿y donde pasó todo esto? ¿Acapulco? ¿Cancún? ¿Cuernavaca? Ninguno, en el mero DF. Todos los días nos quejamos del tráfico, de la gente, etc. entonces ¿para que irme con media ciudad al típico Acapulcazo donde sabemos por adelantado que los precios se duplican y todo está a reventar?
¿Que tal los niños Lacoste? (Hugo y Macarena)
Los niños más futboleros: Hugo y Juanjo
Después de tanta guerra de globos con agua obviamente todos acabaron en la alberca (bueno, de todas maneras siempre acabábamos ahí) (Artur, Macarena, Juanjo, Hugo y Fer)
Fer y yo
En Starbucks, como por tercera vez en la semana (Hugo, Lulú, Macarena y yo)
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